lunes, 30 de junio de 2008

¡No a los basureros, no a los tiraderos!

Diario de Morelos, Opinión.
29 de junio de 2008.
Dr. Óscar Dorado
(haciendo honor a nuestra tolerancia y mente abierta publicaremos esta joyita emanada del espíritu científico de algunas de nuestras eminencias morelenses en el asunto, nota de los chalmeros)

Esta semana, una vez más, algunos políticos (nada afortunados) manifestaron en medios de comunicación que no querían la construcción de “un basurero” en Cuernavaca (en Loma de Mejía), ya que el presidente Jesús Giles estaba empecinado en contaminar a los cuernavasences.
Por lo tanto, ellos dicen que “Giles debería llevarse ese tiradero lo más lejos posible de la ciudad capital”. Este tipo de declaraciones además de mostrar una profunda ignorancia denotan un sentimiento lesivo para nuestra sociedad: la discriminación.
En el caso hipotético de que sus elucubraciones tuvieran un céntimo de verdad, entonces esto significaría que esa imaginaria contaminación que supuestamente afectaría a los cuernavacences sería “exportada” para afectar y “aniquilar” a nuestros hermanos morelenses de otras localidades. ¿No cree Usted, amable lector, que este tipo de actitudes son racistas y retrógradas?
El problema de fondo es el jugoso carácter político que Loma de Mejía representa para diversos grupos, particularmente partidistas, que abundan en Morelos. Esto ha originado que las torcidas ideas, de inicio, se han clonado de tal forma que a menudo el discurso nos recuerda a los famosos “Carlos”, “Neto” y “Titino”. Es decir, alguien dice algo, alguien medio lo escucha, y después este “receptor” lo repite sin ton ni son, pero con ciertas ediciones con tintes políticos. Con este manejo antiético, ciertas personas autollamados especialistas de todo, se la pasan deseando ser los supermanes del ambiente, y entonces todo se convierte en un síndrome resultado de la sesgada información emitida. En este sentido, como estos quijotes del siglo XXI siempre se la pasan manejando el término “basurero” o “tiradero”, se origina un efecto dominó para repetir y hacer creer a la gente que la única forma de confinar los residuos sólidos es tal como se hacía en Tetlama. Por supuesto que existe una abismal diferencia entre un tiradero (o basurero) a cielo abierto y un Relleno Sanitario (RS).
Sí, ya han transcurrido más de 14 meses desde que ellos empezaron a mencionar que existen otros lugares “alternativos” en Morelos para llevarse la basura, y la pregunta es ¿Y por qué no se ha construido ninguno en sus paradisíacos lugares?
Varios presidentes municipales del sur de Morelos ya se habían puesto de acuerdo para construir un RS regional, localizado en el predio denominado “Los Dormidos” en el municipio de Tlaquiltenango. El “pequeño” detalle, que ya su servidor había comentado ampliamente (a priori), se basa en el hecho de que la gente de los alrededores no aceptaría (y ya ocurrió) dicha propuesta debido especialmente al pavor que le tienen a los RS.
La razón principal de la vergonzante contaminación que actualmente enfrentamos se debe a esta actitud personalizada por haber “perdido” sus apoyos para seguir recibiendo sus bonos para realizar un simulacro de salvamento de las barrancas de Cuernavaca.
Más temprano que tarde cada quien quedará situado en donde le corresponde, más bien en donde siempre han estado: en la insignificancia.
Me resta comentar que Morelos se está contaminando más de manera alarmante en este tiempo de lluvias, ya que los tiraderos a cielo abierto que han proliferado de manera exponencial (desde que iniciaron las protestas) están infiltrando los famosos lixiviados en nuestro subsuelo de forma aterradora, focos de contaminación distribuidos básicamente en todo el estado de Morelos.
¡La próxima vez que Usted se tome una ducha (de lixiviados), acuérdese de a quién se lo debe!
Nota de los chalmeros: gracias dr. óscar dorado por nuestra rica ducha de lixiviados.

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