domingo, 15 de junio de 2008

Por qué no debe construirse el relleno sanitario en Loma de Mejía

Luis Tamayo
La Jornada Morelos, 15 de junio de 2008.

El miércoles pasado fue terriblemente golpeado Cristóbal Martínez Robles, uno de los artífices del maravilloso cambio ocurrido, en los años recientes, en el barrio de San Antón de Cuernavaca. Todavía recuerdo cuando él (junto con otros colaboradores del proyecto) hace apenas un año, nos condujo, a varios investigadores del estado, por su barrio para mostrarnos el eficiente modelo que habían logrado para recoger y reciclar los residuos sólidos, así como para recuperar el agua del Salto de San Antón. En tal ocasión, lo recuerdo bien, todos reconocimos que el trabajo realizado en San Antón constituía un ejemplo para toda Cuernavaca, para todo el país. En San Antón la población ha sido correctamente educada en la separación de sus residuos, los cuales son recopilados por categorías y, posteriormente, vendidos a las empresas recicladoras (y con las ganancias obtenidas se paga el salario de los jóvenes educadores y encargados del proceso). Y alguien como don Cristóbal Martínez, quien había vivido dicho proceso y sabía de primera mano el éxito que podía tener, no podía sino sumarse a los luchadores sociales e investigadores que han elevado sus voces para oponerse a la construcción del relleno sanitario en Loma de Mejía.
Y no sobra reiterarlo, prácticamente toda la comunidad de académicos e investigadores conocedores del proyecto de construcción del relleno sanitario en Loma de Mejía (salvo el ahora tan criticado Oscar Dorado), se manifestaron la semana pasada en contra de dicho proyecto, denunciaron sus desventajas e incluso ofrecieron alternativas. De entre todas ellas me permito solamente repetir las que, en lo personal, me parecieron más importantes: Loma de Mejía es una zona de recarga de acuífero, contiene múltiples ojos de agua y, por encontrarse en una región alta, cuando se desgaste la multicapa del suelo del relleno sanitario (garantizada por los constructores en tan sólo 20 años) los lixiviados del mismo se trasminarán a los mantos freáticos contaminando gravemente, en consecuencia, el acuífero de Cuernavaca. Asimismo, por encontrarse en una loma a la misma altura del centro de Cuernavaca, cuando ocurra alguno de los incendios, tan frecuentes en dichos rellenos, los gases contaminantes generados por los mismos alcanzarán al centro de Cuernavaca en pocos minutos. Asimismo, como se pretende hacer subir los camiones transportadores de basura por la empinada Subida a Chalma, los accidentes automovilísticos que ello generaría serían una triste y obvia consecuencia. Además, como han señalado varios investigadores, existen lugares mucho mejores para instalar dicho relleno sanitario, en un predio del Emiliano Zapata, el mejor.Cuando Cristóbal Martínez, junto con muchos otros luchadores sociales e investigadores, se opuso a la construcción del relleno sanitario en Loma de Mejía no lo hizo sin razones. Es por todo esto tan triste que una persona tan comprometida y valiosa sea agredido por “supuestos agentes de la AFI” (como indica el comunicado de prensa), pues ello no puede sino generar conflictos sociales en nuestra hermosa Cuernavaca.
Y eso no podemos sino lamentarlo todos.

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